Llego el fin del año y con el miles de emociones que invaden nuestro cuerpo poco a poco, y es que tantas cosas se nos vienen a la mente en el último día del año, desde pensar porque no hice tal cosa, hasta llegar a pronunciar la palabra GRACIAS, pero un GRACIAS por qué, porque logramos metas, porque reímos más de lo que lloramos o simplemente GRACIAS por un respirar más en este mundo que es una escuela de vida.
Un respirar profundo nos hace caer en cuenta que no logramos ni la mitad de las cosas que nos propusimos el año pasado, y no fue por falta de días, horas, ni por mal tiempo, fue por falta de compromiso para no decir que fue por VAGANCIA. Y es que muchas veces somos nuestros propios saboteadores en este mundo. Pero el universo es tan grande que nos vuelve a regalar 365 días y 8.760 horas.
El volver ha empezar hace que el ser humano agrande la palabra miedo, y es que el terror poco a poco se apodera de cada movimiento de nuestro cuerpo y sin darnos cuenta la respiración se vuelve más rápida y las manos empiezan a sudar (que irónico no? lo que puede hacer una palabra en nuestra mente). Pero en realidad a qué le tenemos miedo? a empezar de nuevo o empezar y fracasar. No olvidemos que desde el día uno que llegamos a esta tierra, nos volvimos unos guerreros, y es que para poder sobrevivir tuvimos que inventar un lenguaje para que nuestros familiares nos entendieran y hacernos los valientes cuando las luces del cuarto se pagaban y nuestra madre nos decía ¨Feliz noche¨. A que le tienes miedo si lo tenemos todo, solo falta una chispa de compromiso para hacer estallar el mundo de ideas que viven en uno.
MVSA
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