Ana Frank y el poder de sus palabras

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Ana Frank

Despertar por las noches y dormir por las mañanas era tan común en su vida, que ya había olvidado que era salir a tomar el sol. El silencio y el reducido espacio fueron piezas importantes en sus días. Una niña con un alma y una madurez de una mujer en una época donde morir no era decisión de la vida.

Ana Frank, fue ciudadana alemana con descendencia judía,  nació el 12 de junio de 1929 Fráncfort del Meno (República de Weimar). Vivió junto a una familia amorosa, trabajadora y muy apegada a la religión judía. Pero toda esta tranquilidad cambio cuando el gobierno de Adolfo Hitle, decide eliminar a todos las personas que practican esa religión, echándole la culpa de los diversos problemas que en aquella época tenía Alemania.

Huyendo de la persecución Nazi en su país, la familia de Ana Frank decide tomar la decisión y huir a Holanda, pero nuevamente la tranquilidad estuvo perturbada por la invasión  del gobierno de Hitler. Debido a esta situación Ana junto a sus padres y hermana, deciden esconderse en un edificio que serbia como almacén en las mañanas y por las noches se convertía en el refugio  para estas personas.

Al cumplir los 12 años Ana Frank recibe un pequeño diario como regalo, fue el mejor obsequio que había recibido en años. Desde ese momento cada hoja estaba llena de vivencias y anécdotas de sus familiares, era su medio de desahogo de tantos problemas que se vivía en esa época.

Su Diario se convirtió en su voz interna que no podía hablar por miedo, cada letra que escribió estaba llena de rabia, dolor, felicidad y dudas.

En esas hojas Ana Frank plasmaba detalladamente como su familia tenía que vivir para no ser encontrados, las cosas que estaban permitidas y las que estaban prohibidas realizar. Solo con el fin de seguir respirando en este mundo.

El lápiz y el papel se convirtieron en los mejores amigos de esta niña en los momentos más tristes de su vida.

Su adolescencia se convirtió en una película terror al ser encontrados por el gobierno de Hitler y ser trasladados a los campos de concentración. Ahí fue el final  de esta niña que junto a su diario hicieron de la segunda guerra mundial una historia llena de lágrimas, valentía y lucha, pudiendo mostrarle al mundo lo que sentía ANA FRANK en su ser.