Quizás has escuchado en algún momento de tu vida esta frase de boca de algún ser querido “Dejo de comer caviar por comer basura” Uff! ¿Cómo duele verdad? y más si esas palabras van directas a ti.
En algún momento de nuestra vida esas palabras fueron nuestra bandera de presentación, quizás por malas decisiones y por dejar a nuestro lado personas que no valían la pena. Etapas de vida que nos sentíamos poderosas y pensábamos que el mundo estaba en nuestra contra, vivíamos con un antifaz y no veíamos con claridad las cosas que pasaban a nuestro alrededor.
Nos apegamos tanto a personas que no sumaban en nuestro día a día, y que al contrario nos llenaban de mala energía, energía que reflejábamos con nuestro trato a familiares y a verdaderos amigos.
Quizás teníamos que vivir malas experiencias para entender y aprender a elegir a las personas correctas en nuestra vida, episodios que vivimos y que comprendimos que no van con nuestra idea de vida, que chimbo fue pensar que lo dimos todo por una persona que no valía la pena, pero nada es para siempre y al final del camino siempre hay una luz.
Vivamos y disfrutemos el hoy, y no le demos cabida a esas personas que solo desean alterar nuestra paz.