Quise comenzar preguntándome ¿Por qué esperamos tanto de las personas? Y es que mi cabeza no entiende el porque nos volvemos tan fantasiosas hasta llegar al punto de imaginar sorpresas de personas que ni al caso con nuestra día a día, quizás nuestra espera refleje una necesidad por cubrir un espacio o simplemente es porque lo merecemos. ¡pero que va!
Mis vivencias me han confirmado con el tiempo que nuestras abuelas son los seres más sabios del planeta, y digo esto porque mi abuela siempre me dice “Hija no espere nada de nadie, solo espere cosas buenas de usted misma”. Me costó entender lo que mi abuela me repetía en diversas ocasiones, hasta que me topé con su gran lema. Confieso que me dolió el asimilar “No esperar nada de nadie”, eso no viene en el manual de vida, sino en un libro blanco que poco a poco vamos escribiendo, siendo uno el autor del libro.
Definitivamente debemos aprender a vivir la realidad de nuestro día a día y dejar atrás los antifaces, y así poder ver lo que no necesita explicación. Y si amigas, duele asimilar que no todas las personas valen la pena, pero siento que más duele inventar historias que ni se acerca a nuestra realidad, así que para curarnos de ese estupido dolor debemos estar claro de muchas cosas de nuestra vida, aceptar lo que en realidad deseamos vivir y soltar lo que nos ocasiona disturbios mentales.
Y es que vida es muy hermosa como para vivir imaginando cuentos de hadas con finales llenos de cruda verdad. Respiremos realidades y no esperemos nada de nadie, y veras que la vida será más fácil de lo que te nos imaginamos.