Muchas veces nos llenamos la boca diciendo que la soledad es bonita, que toda persona debería experimentar ese sentimiento, pero siento que es una palabra con muchos significados y significados dolorosos, porque no me vengas a decir que la soledad es lo más cool del mundo, porque jamás se los creeré.
No hablo de manera general sobre la soledad, hablo de ese dolor que muchos escondemos y que nos cuesta gritar al mundo el vacío que sentimos en lo más profundo de nuestro ser. Que vivir rodeados de personas que dicen ser amigos o familiares, y esta es la espina más dolorosa que podamos sentir, y es que sonreír es una máscara para hacer creer que todo está bien, cuando en realidad nuestra alma poco a poco se apaga.
Nuestros fantasmas se apoderan de nuestra mente y se adueñan de cada paso que damos, nuestra valentía se queda a un lado y nos volvemos unos títeres en mano de los fantasmas.
Nos preguntamos a menudo cómo salir del hoyo oscuro que nosotros mismo creamos, ¡WOW! los segundos pasan y las respuestas no llegan, pero estás no se asoman porque muy dentro de nosotros aún existe ese enemigo que desea ganar la batalla.
La guerra interna se gana deseando un cambio en el interior de nuestro ser, un verdadero comienzo sin mentiras y sin dudas, un nuevo despertar con amaneceres llenos de paz y armonía, un ahora y no un hasta mañana. Y es que cambiar los malos hábitos no es fácil pero nunca será imposible, porque cuando uno verdaderamente desea reinventar no existen obstáculos que se presenten en el camino.
El camino lo construimos uno mismo, tenemos el poder que sembrar rosas rojas o negras, de regar todos los días nuestras plantas o dejarlas morir, de vivir en plena primavera o en un desierto sin agua. Sabemos que somos la clave para un nuevo despertar y que ese despertar será el más hermoso de nuestra vida, así que tomemos las riendas de nuestra fabulosa vida y seamos seres felices, y dejemos en el pasado a los fantasmas que jamás volverán.