Una mujer hermosa, de piel trigueña, de cabello oscuro como el petróleo, acreedora de una mirada profunda y sincera, con una sonrisa espontánea y con una personalidad fresca y divertida, son algunas de las cualidades de Naya Rivera, una chica que amaba los escenarios y los vivía como si fuera el último.
Esta actriz, modelo, cantante desde pequeña sabía que lo suyo era el mundo artístico, desde muy temprano comenzó a tocar puertas en las grandes casas de televisión. Con tan solo ser una bebé apareció en un comercial de Kmart, pero su primer trabajo importante fue a la edad de cuatro años, cuando interpretó a Hilary Wintston junto a Sebastian Ciordia en la comedia producida por Eddie Murphy The Royal Family (1991). Entre 1992 y 2002 tuvo papeles pequeños en The Fresh Prince of Bel-Air, Cosas de casa, Live Shot, Baywatch, Smart Guy, House Blend, Mano a mano y The Master of Disguise. A partir de aquí Rivera no se iba a desapartar del mundo de la televisión.
Su más grande e importante papel fue como Samanta López en la exitosa serie estadounidense Glee. Papel que la llevo al estrellato y acreedora de importantes reconocimientos. Definitivamente Naya tenía una carrera envidiable y un camino que se veía lleno éxitos
El pasado miércoles 8 de julio se dio la triste noticia que su pequeño hijo de cuatro años fue hallado solo en el bote donde se suponía se encontraba navegando junto a Naya desde muy temprano. Tras varios días de búsqueda finalmente fue encontrado el cuerpo sin vida de Rivera en el Lago Piru.