Pasamos gran parte de nuestra vida criticándonos, auto castigándonos, pensando que no nos merecemos tal cosa y ¡bla bla! Arrastramos problemas desde nuestra infancia que no se han podido resolver y lo reflejamos en nuestra adultez.
Aquí no estamos para buscar culpables de muchas actitudes negativas en nuestro día a día, simplemente las personas que nos rodeaban no supieron manejar diversos inconvenientes que se les presentaron y consecuencia de eso, se sembró en nuestro corazones algunos defectos.
Conocer la raíz de nuestros problemas es la pieza más importante para entender episodios y actitudes de nuestra personalidad, Además de sanar desde un principio nuestra alma.
Diversas decisiones que hemos tomado en el camino, muchas veces han estado bajo la influencia de los problemas que se viene arrastrando desde la temprana edad, y solo somos nosotros los seres capaces de cambiar el destino de nuestra vida.
No es necesario tocar fondo para tomar acciones al respecto, solo hay que sentir que algo no anda bien en nuestro ser. Ese que nos indica lo bueno y lo malo en nuestra vida. El saber escucharnos es el principal paso al cambio. Háblate, siéntete y toma unos segundo contigo misma, que esa alma te pide agritos que la ayudes a sanar.
Llego el momento de vernos al espejo y aceptarnos tal y como somos, con defectos y virtudes, y trabajar en esos momentos de la vida que nos marcaron sin darnos cuenta. Porque para estar en paz con uno mismo y vivir una vida plena, lo primero que se debe sanar es el corazón.
Haz de tu paso por este vida una historia llena de amor y mucha felicidad