Hablemos claro y sin tapujo, cuántas de nosotras no hemos llorado o molestado cuando nos ponen un “NO” en nuestra nariz, ese NO que pensábamos era un súper SI, pero la vida hace de las suyas y nos da un stop.
Duele saber lo grande que somos pero ante los ojos de otras personas somos un número más que necesita restar o sumar para su conveniencia.
Cuesta entender como los NO en nuestro camino si lo fuimos construyendo sin huecos y sin desvío, porque nos ponen una pared, para que nos detienen, solo queremos seguir caminando y dejando huellas de éxitos.
Llego el momento de dejar de autocriticarnos y dándonos con el latico, y mejor démosle la vuelta a los episodios de nuestra vida, y pensemos por qué me está sucediendo esto, será qué no debo estar aquí, será qué mi camino está escrito en otro lugar que no es aquí precisamente, en realidad quiere estar en este lugar, qué me quiere decir el universo cuando me envía un NO. Porque mejor no nos hacemos estas preguntas con frecuencia o mejor aun cuando nos digan NO, cuando pensábamos que era un sí.
Y es que la vida es sabia y sabe lo que es mejor para nosotras, lo que sucede es que muchas veces caminamos a ciega y sordas, además damos pasos sin mirar a nuestro alrededor y sin pensar que estamos haciendo las cosas de la mejor manera. Mejor aplaudamos esos NO en nuestra vida, que llegaron para hacer de nuestro ser un alma llega de retos, optimismo y desafió interno, que mientras nos digan NO, más “SI” saldrán a darme la bienvenida en nuestra nueva etapa de vida.
Un “NO” no significa nada.